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Juan Mengual Navarro: víctima y verdugo en los «agitados años 30»

En la madrugada del 20 de septiembre de 1936 era asesinado en una cuneta camino de Lorca (Murcia) un joven llamado Juan Mengual Navarro. Detenido durante más de un mes tras el inicio de la guerra civil, con su muerte se consagra uno de los episodios más violentos de la historia del municipio murciano de Águilas.


Pero, ¿quién era Juan Mengual?


De orígenes humildes, nació en el año 1900 en el seno de una familia de panaderos. Su padre y su tío poseían un horno en la calle Aire desde el que se ganaban el sustento diario. Juan era el segundo hijo del matrimonio formado por Francisco Mengual García y Agustina Navarro Gómez, a los que seguirían seis más: Lucas, Jesús, Agustín, Adrián, Gertrudis y Catalina, más Francisco, que era el mayor de todos.


Las dificultades económicas empujaron a Juan a la emigración. Primero, marchó a Barcelona y, desde allí, cruzó el océano Atlántico para instalarse en la ciudad estadounidense de Chicago y, posteriormente, en Argentina. No volvió a España hasta la proclamación de la Segunda República, cuando su padre, militante del Partido Republicano Radical desde hacía años, le pidió que regresara.


Es aquí donde comienza la historia de Juan Mengual, alabado como un ciudadano ejemplar por unos y considerado como un vil lacayo de los «señoritos» por otros.


Un matón del Partido Radical


Una vez de regreso a Águilas, Mengual participará de la efervescencia política del momento afiliándose al PRR, un partido histórico del movimiento republicano que desde el advenimiento del nuevo régimen había experimentado un viraje ideológico que lo situaba cada vez más a la derecha del espectro político. Su líder, el carismático demagogo Alejandro Lerroux, llegó a la presidencia del gobierno en varias ocasiones durante el conocido como «Bienio Negro» (1934-1936).


En Águilas, los republicanos radicales ejercían el control del Ayuntamiento, resistiendo a los constantes embistes con los que un pujante movimiento socialista trataba de apartarlos del poder. Distribución de propaganda ofensiva, movilización de amplios sectores de la población contra las políticas impulsadas por la alcaldía, intimidación a militantes radicales, interrupción de actos… e incluso, la detención del director de Renovación, el periódico semanal financiado por el PRR en la localidad. La actividad de los socialistas era muy intensa, desplegando una potente campaña de desprestigio contra los republicanos históricos, a los que se acusaba de haber traicionado a la República pactando con los residuos del derrotado caciquismo monárquico.


El tono de esta batalla política no hacía más que incrementar cuando Juan Mengual se instala nuevamente en Águilas, y no tardará mucho en contribuir a que éste no haga sino seguir recrudeciéndose. Valiéndose de su formidable potencia física, consiguió contrarrestar a puro golpe el acoso al que los jóvenes socialistas trataban de someter a los seguidores aguileños del lerrouxismo.


La presa de la época da muestra de alguna de las violentas acciones en las que Mengual se vio envuelto: agresiones a concejales socialistas, intervención en una batalla campal entre correligionarios de uno y otro partido, insultos contra opositores al radicalismo, interrupción en el desarrollo de debates plenarios… A muestra de ejemplo, exponemos la crónica de una de sus habituales «hazañas», cuando agredió a un comerciante bilbaíno que tomaba café en la sede del PRR al que confundió con un infiltrado socialista.


El señor Tortosa nos dice lo siguiente: «Tengo costumbre, hasta en mi casa, no salir nunca por la noche; pero unas horas de descanso durante el día me hicieron pensar que no reconciliaría el sueño de la noche y creí oportuno salir a tomar un café.» -Este señor que es la primera vez que visita Águilas, no tuvo la suerte de encontrar a su paso ningún bar, hasta que tropezó con el Círculo Republicano Radical donde se celebraba un mitin en esos instantes.- «Entré, estuve el tiempo que creí oportuno, sin molestar a nadie de palabra ni de hechos, y cuando me dirigía a la calle, uno de los que allí estaban me cogió una pierna preguntándome: “¿No ha podido irse antes y no esperar ahora?” Comprendí que su estado era beodo y le llevé la corriente, dejándome marchar. Una vez en la calle, y a unos diez metros de ese Centro, se acercó a mí un individuo que, por su indumentaria y porte, parecía un chulo que, con muy buen agrado, me preguntó qué me había pasado. Yo le contesté que nada, diciéndole la verdad de esta manera. El tal me dijo que si me habían mandado para llevar cuentos, cosa que me sorprendió. Le dije el motivo de mi estancia en ésta y mi visita al Círculo para sacarlo de duda, cuando sin respetar mis palabras y sin yo esperarlo me dio un puñetazo en la cara que me hizo sangrar las narices y boca, cayendo al suelo. El hecho lo puse en conocimiento del teniente de la guardia civil».


Presidio y muerte


Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular en Águilas al igual que en el conjunto del país. Fue entonces cuando el PSOE consiguió desplazar a los republicanos radicales del Ayuntamiento, constituyéndose una nueva corporación de la que fueron marginados y llegando, incluso, a clausurar por la fuerza su sede. Tras casi cinco años de gestión ininterrumpida, el PRR había ido perdiendo progresivamente su fuerza, quedando desacreditado para la opinión pública por sus pactos con partidos monárquicos y los escándalos de corrupción que rodearon a Alejandro Lerroux.


Juan Mengual era consciente de la animadversión que despertaba en las filas socialistas, tras años de violencia callejera en los que gozó de impunidad por ser el protegido de las autoridades locales. Sobre su participación política tras la derrota electoral de la derecha en 1936, existen aún muchas dudas. ¿Permaneció retirado de la vida pública por temor a sufrir represalias? ¿Siguió militando en el PRR pese a la clausura de su sede? ¿O se unió a la conspiración golpista que un reducido grupo de falangista organizaba para tomar el Ayuntamiento tras la asonada militar del 18 de julio? Con certeza, la única noticia probada hasta la fecha es que en marzo de 1936 presentó su dimisión como alcaide del Depósito Municipal al nuevo equipo de gobierno local.


El estallido de la guerra, tras el fracasado golpe militar contra la República, puso a Juan Mengual en una crítica situación. Considerado como no afecto a la causa republicana, fue detenido el 3 de agosto en su domicilio familiar y conducido a la improvisada prisión que el Frente Popular había instalado en una fábrica de jabón incautada. En ella permaneció durante 47 días, en compañía de otros dirigentes radicales y monárquicos, hasta que en la madrugada del 19 de septiembre fue solicitado su traslado a la prisión del Partido Judicial en Lorca. Esas serían sus últimas horas de vida, pues no llegó a completar el trayecto.


El automóvil en el que se dirigían tuvo que detenerse en la pedanía de Purias, a escasos kilómetros de su destino. Diferentes versiones indican, por un lado, que el motivo de esta interrupción fue la resistencia que Mengual presentaba ante los milicianos que le transportaban, llegando a poner en peligro sus propias vidas; otras versiones apuntan que desde el principio existía la determinación de matarle antes de llegar a la vecina ciudad de Lorca.


Sea como fuere, la realidad es que el calificado como «matón republicano» fue asesinado por afectos, no sabemos si militantes (aún es un misterio quién o quiénes le ejecutaron), del Frente Popular. Junto al monárquico Alberto Collado Ruíz, asesinado el 17 de septiembre, Juan Mengual es la segunda y última víctima mortal en Águilas durante la retaguardia republicana en el contexto de la guerra de 1936-1939, excluyendo a las más de treinta víctimas de los bombardeos fascistas de 1938. Es, además, el único aguileño asesinado por razones políticas durante la etapa republicana en el municipio, pues el propio Alberto Collado Ruíz era natural de Cuevas de la Almanzora, aunque trabajaba como ingeniero en la Compañía del Ferrocarril instalada en Águilas.


Juan Mengual es uno de tantos protagonistas anónimos de una de las etapas más convulsas de la historia de España, la que inicia un 14 de abril de 1931 con la proclamación de un nuevo régimen y concluye el 1 de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado en una cruenta guerra civil.


Figuras como la suya, que vacilaron entre la política y la violencia, ayudan a comprender esta etapa de gran agitación. Podríamos considerar que alguien de sus características personales fue una víctima del tiempo que le tocó vivir. Aunque, posiblemente, fuese también uno de esos verdugos cuyo nombre no ha trascendido en la historia que contribuyeron a sumir a España en uno de sus episodios más traumáticos. De lo que no cabe duda, es que fue una persona de grandes contrastes que no puede pasar desapercibida para quienes indagamos en nuestro pasado más cercano.


Fuente: LÓPEZ SOLER, Pedro Javier. «Juan Mengual. Violencia política en el municipio de Águilas (Murcia) durante la Segunda República», en Murgetana, número 139, 2018, pp. 165-185.


Viral por el 85.º aniversario de la muerte de Juan Mengual Navarro.

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