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La «tríada republicana aguileña»: Desiderio Carmona , Pedro Aullón y Manuel Miras

Ante una multitud que abarrotaba la Glorieta, se proclamaba la Segunda República en Águilas. La intensa lluvia no impidió que decenas de campesinos se desplazaran al centro de la ciudad, uniéndose a los centenares de personas que desde el 12 de abril ocupaban las calles. Era un martes con sabor festivo. El lanzamiento a través del balcón del Ayuntamiento de un retrato de Alfonso XIII simbolizaba el final de la monarquía.


Entre los hombres que ocupaban el balcón preferencial del Ayuntamiento (que no era el actual, sino la primera planta de un centenario edificio que hace esquina en la Plaza de España, sobre el bazar Ceuta) se encontraban los dirigentes republicanos Desiderio Carmona Moya, Pedro Aullón Pelegrín y Manuel Miras Escobar. Sus nombres quedarían ligados a la institución republicana en Águilas. Sobre sus hombros recayó la gestión municipal durante gran parte de la etapa republicana: de abril de 1931 a febrero de 1936. Un período de tiempo delimitado por la celebración de dos trascendentales procesos democráticos: las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y las elecciones generales del 16 de febrero de 1936.


Tres días después de la proclamación del nuevo régimen, se constituyó la nueva Corporación aguileña. Su composición, fruto de los resultados obtenidos tres días antes, inclinaba la balanza a las organizaciones de izquierdas: ocho concejales republicanos, siete concejales socialistas y siete concejales monárquicos. De esta forma, con doce votos a favor y siete abstenciones, Desiderio Carmona Moya fue elegido como primer alcalde republicano de Águilas. Le acompañarían Pedro Aullón Pelegrín, como primer teniente de alcalde, Manuel Miras Escobar, como segundo teniente de alcalde, Jaime Lloret Rivera, como tercer teniente de alcalde, y Gabriel Giménez Hernández, como cuarto teniente de alcalde. La tríada conformada por Carmona Moya, Aullón Pelgrín y Miras Escobar se convirtió en el centro de la gestión municipal durante casi cinco años. En esa etapa, Desiderio fue alcalde durante 4 años y 4 meses, ocupando la alcaldía Manuel únicamente entre abril y septiembre de 1933.


Valorar su gestión al frente de nuestro Consistorio es inabarcable en un solo artículo, pues la trascendencia de sus políticas alcanzó una relevancia que aún hoy nos es desconocida. Entre otras muchas medidas, bajo su administración se democratizó la vida política municipal, se adoptaron las primeras iniciativas secularizadoras, se construyeron nuevas escuelas, se mejoró el sistema de comunicaciones con las zonas rurales y se amplió a la población campesina los beneficios de los medicamentos subvencionados por el Ayuntamiento, que hasta 1931 sólo disfrutaban los habitantes del casco urbano. No fueron años fáciles, pues una profunda crisis laboral, marcada por la escasez de trabajo y los daños en el sector agrícola causados por las inclemencias climatológicas, unidos a los pleitos políticos de la época (que en Águilas enfrentarían a los republicanos «históricos» con los socialistas) sembraron de tensiones y crispación el ambiente municipal.


Un análisis concienzudo de su labor de gobierno sería merecedor de toda una tesis doctoral. En esta publicación, únicamente se pretende realizar una breve semblanza de quiénes eran Desiderio Carmona, Pedro Aullón y Manuel Miras cuando un 14 de abril de hace 89 años se proclamó la Segunda República y asumieron el peso de la gestión de la localidad.


DESIDERIO CARMONA MOYA


En 1931 era ya un veterano político. Al igual que su hermano José, junto a quien residía en una humilde vivienda de la periferia, había ostentado el cargo de concejal durante la etapa constitucional del reinado de Alfonso XIII, burlando la influencia de un caciquismo que a golpe de pucherazo manipulaba todo proceso electoral en su beneficio. Con una experiencia de ocho años en la gestión municipal (1912-1920) y muchos más como luchador social, al proclamarse la República se presentaba como uno de sus inminentes líderes. Su vida siempre estuvo al servicio de la causa republicana: «(…) amparando al pueblo y defendiendo al pueblo ha pasado su vida desde los 11 años, contando por ello con un glorioso historial de persecuciones y sufrimientos de los que se enorgullece» ¹.


Desiderio fue un político poco habitual. Aquejado de una profunda sordera para la que en aquella época no existía remedio, fue, sin embargo, un alcalde que nada más llegar al Ayuntamiento se destacó por escuchar a sectores anteriormente excluidos de la vida política (pequeños comerciantes, ganaderos, braceros, desempleados, vecinos de las diputaciones rurales… vieron atendidas sus demandas, aunque no siempre se pudo dar respuesta). No sólo no percibió una peseta por su labor gubernativa, sino que también renunció a la asignación anual que en los Presupuestos Municipales figuraba para los gastos de representación de la alcaldía. Él mismo sacaba pecho de ello en sus tensos debates con la oposición socialista, afirmando que «su vida entera ha sido consagrada a la política, de la que no ha obtenido ni desea beneficio alguno, llegando en los momentos actuales su quijotismo a abonar de su bolsillo los gastos de viaje que se ve precisado a realizar por motivos oficiales» ².


PEDRO AULLÓN PELEGRÍN


Nació en el año 1874, apenas derrocada la experiencia de la Primera República tras el golpe de Estado del general Pavía que devolvía a los Borbones el trono de España. De orígenes muy humildes, siendo joven tuvo que abandonar Águilas para dirigirse a Cartagena en busca de la prosperidad que no encontraba en su ciudad natal. Allí tuvo su primer contacto con el movimiento republicano.


Para ganarse su sustento, comenzó a trabajar como camarero en uno de los hoteles más distinguidos. La casualidad hizo que sirviera en una cena que los republicanos federales cartageneros realizaban en homenaje al ex-presidente durante la Primera República, Francisco Pi i Margall. Conmocionado por las palabras escuchadas en boca del insigne invitado, nada más terminar el acto tomó el carnet del Partido Republicano Federal, a cuyos ideales consagró el resto de su vida.


Al igual que Desiderio, cuando es proclamada la República cuenta con una dilatada hoja de servicios a la causa. Fue fundador del Círculo Republicano local, ejerció como concejal durante la etapa monárquica, concretamente entre 1916 y 1922 y, desafortunadamente, sufrió en sus propias carnes el drama de la represión. Encarcelado durante los primeros compases de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) acusado de distribución de propaganda ilegal, fue liberado tras declararse culpable por tal delito su hijo Ricardo Aullón Paredes, otro dirigente republicano aguileño a quien homenajeamos el pasado verano.


MANUEL MIRAS ESCOBAR


Aunque nació en Lorca, desde muy joven fijó su residencia en la vecina localidad de Águilas. Trabajó en The Great Southern of Spain Railway, la compañía de ferrocarril que gestionaba la línea que unía Águilas, Lorca y Baza, llegando a alcanzar un alto puesto directivo.


Manuel Miras fue un apasionado del periodismo. En 1912 fundó la revista quincenal de literatura, bellas artes y deportes «Vida aguileña», de la que fue su administrador. Desde entonces, colaboró con diversos periódicos locales y ejerció como corresponsal en Águilas de los diarios El Liberal, El Sol y La Verdad.


Desde joven sintió una especial inclinación por las cuestiones políticas, algo que se acentuó en su faceta como corresponsal. Miras fue el azote de los últimos alcaldes monárquicos, a quienes desde su trinchera en la prensa regional atizaba con agudos artículos evidenciando su negligente gestión.


De talante moderado y fuertes creencias religiosas, fue partidario de la corriente republicana liberal que defendía el presidente Niceto Alcalá-Zamora. Formó parte de la Coalición Republicano-Socialista que obtuvo un abrumador triunfo en las elecciones de 1931. Su destacada participación en la gestión municipal le hizo merecedor de la Alcaldía entre los meses de abril y septiembre de 1933, cuando un desgastado y cuestionado Desiderio Carmona Moya presentó la dimisión de forma transitoria.


La vida de estos tres hombres se detuvo aquel 14 de abril de 1931, no volviendo nunca a ser la misma desde entonces. Apasionados de la política «con mayúsculas», hicieron frente desde el Ayuntamiento a una época de grandes retos: crisis económica mundial tras el «crack del 29», altas cifras de desempleo, gran endeudamiento de las arcas municipales, tensiones sociales, agitación política… Su contribución a la historia de Águilas es indudable. Lejos de valoraciones simples y manidas que les califiquen como «buenos» o «malos», Desiderio, Pedro y Manuel fueron ante todo unos servidores a su pueblo y sus ideales. Para la historia queda su legado al frente del convulso Ayuntamiento de Águilas entre 1931 y 1936.


NOTAS

¹ Archivo Municipal de Águilas: Libro de actas de sesiones de la Comisión Permanente del 21 de mayo de 1930 al 8 de abril de 1931 y a partir del 6 de mayo de 1931 al 12 de octubre de 1931 de actas de sesiones del Pleno Municipal, fol. 116 resto.

² Archivo Municipal de Águilas: Libro de actas de las sesiones celebradas por el Ayuntamiento de Águilas del 9 de octubre de 1931 al 12 de agosto de 1932, fols. 8 resto a 14 resto.


Autor: Pedro Javier López Soler.

Cita bibliográfica: LÓPEZ SOLER, Pedro Javier (2020). La «tríada republicana aguileña»: Desiderio Carmona, Pedro Aullón y Manuel Miras. Murcia, España: Amanecer 31. Recuperado de https://www.amanecer31.org/

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