La catalogación de fosas de la guerra civil y la represión franquista en Águilas, surgida del proyecto regional impulsado por la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia, continúa ampliándose. Recientemente han sido localizadas seis nuevas fosas en el término municipal.
Ubicadas en el cementerio, se diferencia de las trece fosas registradas con anterioridad en que en este caso se desconoce la identidad de las personas inhumadas en ellas. Según el historiador Pedro Javier López Soler, coordinador del proyecto en la localidad, «los indicios apuntan a que debía tratarse de marinos embarcados en el buque militar Castillo de Olite». Sin embargo, «sus nombres no fueron registrados en el momento de su enterramiento, ni tampoco se tiene constancia de ellos en la Causa General que la dictadura impulsó al término de la guerra para contabilizar los supuestos crímenes cometidos en zona republicana».
Sobre las circunstancias que envuelven su muerte hay también dudas. De acuerdo a los escasos datos recogidos, los siete fallecidos estaban embarcados en el Castillo de Olite cuando fue hundido el 7 de marzo de 1939 en el puerto de Cartagena. «Según estos indicios, los cuerpos viajaron durante días por el mar hasta llegar a nuestras costas».
Podemos confirmar que se trataba de militares de la Armada gracias a la descripción de los cuerpos que se realiza en la Causa General. «Llegaron en un avanzado estado de descomposición. Algunos, incluso, habían perdido parte de las extremidades», apunta el historiador.
En total, son seis las fosas localizadas con un total de siete personas inhumadas en ellas. Apenas se tiene información acerca de la biografía de los fallecidos. «Sabemos que entre ellos había un oficial por las insignias militares con las que fue enterrado, así como el nombre y la localidad de otro de los fallecidos, gracias a la documentación que encontraron junto a su cadáver. Se trataba de Francisco Porto, natural de Miranda del Ebro (Zaragoza)».
Los cuerpos fueron localizados en distintos puntos de la costa aguileña (Cope, Boquete, Casa Verde, La Aguilica y Calablanca), apareciendo en diferentes días entre marzo y junio de 1939. «La investigación continúa abierta», insiste López Soler.
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