Los días 5, 6 y 7 de julio una pequeña delegación de investigadores murcianos se desplazó a Madrid para visitar el Archivo Histórico del PCE (AHPCE). La comitiva, integrada por Miguel Vidal, responsable de Memoria Democrática del PCE en la Región de Murcia, Piluca Sánchez, miembro de la Asociación Memoria Histórica de Cartagena, y Pedro Javier López, presidente de la asociación cultural Amanecer 31, tenía como objetivo documentar lo máximo posible el desarrollo del Partido Comunista en la provincia de Murcia desde sus orígenes hasta el final de la guerra civil española.
La victoria de los sublevados en 1939 implicó la precipitada marcha al exilio de los dirigentes y buena parte de los militantes del PCE, destruyéndose en su huida la valiosa documentación generada en esos años de grandes tensiones, confrontación y violencia. Este hecho supone una gran pérdida para la reconstrucción fidedigna del papel que los comunistas jugaron en la contienda, desapareciendo infinidad de documentos cuyo contenido hubiese comprometido la vida de toda una organización y de aquellos que la integraban. Recuperada la legalidad en 1977, el Comité Central del Partido dispuso lo necesario para la creación de un archivo propio para la salvaguardia de su memoria. Es así como nace el Archivo Histórico del PCE en 1980, coincidiendo con el 60 aniversario de su fundación.
Su nacimiento supuso la apertura pública de la documentación histórica generada por los comunistas españoles como una forma de contribuir a la recuperación de la memoria histórica del conjunto de la sociedad. La finalidad del AHPCE es reunir, conservar, recuperar y difundir el patrimonio documental del Partido, así como garantizar a los investigadores e interesados el acceso y conocimiento de su historia y, con ella, de la historia reciente de nuestro país. Su actual emplazamiento, fruto de un acuerdo con la Universidad Complutense de Madrid, es la Biblioteca Histórica Marqués de Valdevilla, donde se instaló en septiembre de 2006.
Gran parte de la documentación relativa a los períodos de la Segunda República y la guerra civil, objeto de estudio de la visita, proviene directamente de la extinta URSS. Los únicos documentos generados por la organización que pudieron salvarse al término de la guerra fueron los cursados a la Internacional Comunista y los recopilados y conservados personalmente por algunos militantes. Entre 1936 y 1939 se produjo una evacuación de documentación que fue depositada en el Archivo de la Internacional Comunista en Moscú. Gran parte de ellos, una vez el PCE recobró la legalidad, fueron remitidos a España para formar el AHPCE, pero otra parte sigue aún custodiada en Rusia.
A través de la documentación estudiada, la delegación ha podido establecer con bases sólidas los orígenes del comunismo en la provincia de Murcia. Estos datan de finales de 1931, cuando se constituyeron las primeras agrupaciones en Cartagena, Jumilla, Lorca y Murcia, compuestas entonces por una reducidísima membresía con escasa capacidad de influencia en la vida política y sindical. Fue en la guerra civil cuando el PCE alcanzó su máxima cota de poder, llegando a detentar uno de sus dirigentes, el gallego Luis Cabo Giorla, el cargo de Gobernador Civil de la provincia.
Entre los archivos consultados destacan octavillas de propaganda, informes internos del Partido, la colección completa de ejemplares del periódico Mundo Obrero entre 1930 y 1939 y varios manuscritos de militantes comunistas en los que informan de su actuación durante la guerra o de algún aspecto en concreto sobre ella, ofreciendo un rico testimonio de cómo era la sociedad murciana de finales de los años treinta, así como interesante información biográfica acerca de algunos de sus protagonistas.
Gracias a la amabilidad y colaboración de Patricia, archivera del PCE, la delegación tuvo la oportunidad de conocer el AHPCE desde dentro, visitando sus fondos. En ellos se encuentran fuentes históricas tan singulares como una bandera original de la 11.º División del Ejército Popular de la República o documentos de identidad, pasaportes y carnets de la Falange falsificados por Domingo Malagón para que dirigentes del Partido pudieran moverse con cierta facilitad en la oscura España del franquismo y llevar así a cabo su actividad opositora.
La estancia en Madrid fue breve, pero intensa y de gran provecho. Las jornadas de día y tarde en el Archivo Histórico concluyeron con un desplazamiento al Cementerio de la Almudena y al Cementerio Civil de Madrid, donde la delegación pudo visitar la tumba de importantes figuras de nuestra historia reciente, como los presidentes durante la Primera República Estanislao Figueras, Francisco Pi i Margall y Nicolás Salmerón. La ocasión fue aprovechada igualmente para conocer los espacios de memoria de ambos emplazamientos, deteniéndose especialmente en el dedicado a las Trece Rosas, y realizando una sencilla, pero emotiva ofrenda floral ante el sepulcro de Dolores Ibárruri, la «Pasionaria».
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