Reflexiones a vuelapluma sobre la actual coyuntura política. Por Pedro Javier López Soler, historiador.
1. Ante el atentado sufrido por el exdiputado Alejo Vidal-Quadras, solo cabe la condena, sin matices, de lo ocurrido y el deseo a la víctima de una recuperación lo más rápida y satisfactoria posible.
2. La utilización política de un suceso tan trágico, incluso, antes de que se dilucide lo ocurrido, es lamentable. Manipular una desgracia para conseguir un incierto beneficio personal es ruin. Señalar, sin pruebas, a tu rival político como responsable de un intento de homicidio es repugnante y muy peligroso.
3. Circunstancias como la vivida ayer ponen aprueba el liderazgo de nuestra clase política. Quienes, lejos de llamar a la convivencia, aprovechan la ocasión para avivar el fuego del enfrentamiento son, en el mejor de los casos, unos insensatos; en el peor, unos criminales. Las reacciones de algunos de los líderes de la ultraderecha son un fiel reflejo de la polarización social a la que nos quieren conducir. Es nuestra responsabilidad cívica y patriótica detenerles.
4. El atentado contra Vidal-Quadras no es un hecho aislado, sino que es un episodio más en la escalada de la crispación social que vive España. Poco importa que, aparentemente, los responsables estuvieran vinculados a la oposición iraní, a los «bandoleros de la comunicación» esta tragedia solo les interesa en la medida en que les sirve para avanzar en su agenda de confrontación. No les importa la verdad, sino manipular tus emociones.
5. Las protestas contra los pactos para la formación del nuevo gobierno son legítimas; tanto como los pactos en sí que se están negociando. En una democracia parlamentaria como la nuestra gobierna quien forma mayorías en la Cámara Baja, no quien más votos consigue en unas elecciones. Nos guste más o nos guste menos son las reglas del juego. Si te cuentan lo contrario, te están engañando. Si te están engañando, pregúntate por qué.
6. Hay quien ha aprovechado este intento de homicidio contra un líder político para teorizar la repetición en España de un escenario pre-guerracivilista similar al que se dio en la primavera de 1936. Comparan lo ocurrido a Vidal-Quadras con el asesinato a José Calvo Sotelo (y se quedan tan a gusto). Quienes apuntan en esta dirección, no entienden el momento político actual, no conocen el contexto histórico al que hacen referencia, ni tampoco tienen la capacidad para analizar hechos del pasado de forma rigurosa. Toda comparación con la situación previa a la guerra de 1936-1939 es puro folclore, pero de mal gusto. A un cuñado le puede valer, pero alguien con criterio debe rechazar automáticamente planteamientos tan infantiles. Utilizar la historia para reforzar argumentos presentes es de primero de manipulación.
7. Frente al odio visceral, la deshumanización del adversario político y el permanente socavamiento de las bases de nuestra democracia, hay que apostar por la convivencia y la construcción de grandes mayorías. Por ello, ante tragedias como la vivida ayer, solo cabe la condena de lo ocurrido, la solidaridad con la víctima y dejar trabajar a las fuerzas policiales para que esclarezcan que es lo que ha ocurrido antes de lanzar conclusiones precipitadas.